Algo curioso que vengo tiempo observando es cómo la gente apenas valora el sobrecoste de añadir más y más equipos, periféricos y servidores a sus infraestructuras informáticas. La “luz” no es precisamente barata y sin embargo, las empresas típicas no miran demasiado su consumo ni optimización. Gestiono empresas donde hay cinco servidores instalados, cada uno destinado a una tarea concreta pero escasamente aprovechados. Probablemente con un cojo-servidor con sus correspondientes máquinas virtuales se ahorraría una buena cantidad de energía, y se obtendrían las mismas funcionalidades. El problema es que ante semejante inversión no perciben un retorno claro. Por lo general, prefieren añadir otro nuevo servidor u otro nuevo PC cada vez que surge la ocasión, que diseñar un plan de actuación a largo plazo en ese sentido.
La cuestión es que repasando mis RSS más atrasados veo una noticia bastante interesante, en la que se comenta que IDC ha calculado el coste de mantener encendidos y refrigerados los sistemas de almacenamiento externo instalado en las empresas. Las cifras marean: suponen 1,3 billones de dólares mantenerlos encendidos, habiendo en 2007 nada menos que 49 millones de discos duros funcionando como almacenamiento externo (NAS y similares), lo que suman aproximadamente 14 exabytes (14 billones de “gigas”). No voy a entrar en cómo y con que métodos han hecho el análisis, pero en todo caso son cifras impresionantes que no dejarán de crecer exponencialmente durante los próximos años. ¿Que podemos hacer? En medio de la incipiente crisis energética que vivimos, creo que muchas empresas deberían de comenzar a plantearse seriamente cuántos servidores, NAS, routers, switchs, PCs, impresoras, y demás equipos informáticos tienen conectados de forma inútil o poco eficiente.
Puede parecer estúpido, pero para una empresa de cierto tamaño, con sólo reducir el consumo energético de sus PCs de sobremesa a la mitad (algo perfectamente posible sabiendo elegir bien el modelo) y eliminar elementos superfluos, el coste de la factura de la luz podría bajar drásticamente.
Y si después de eso los administradores logramos convencer a la gente para que apague el PC al irse a casa (sí, ya sabemos que a la mañana siguiente tarda un par de minutos en arrancar)…ya sería la bomba.