La filial española de Apple, denominada Apple Marketing Iberia no comercializa productos adquiridos en nuestro país, sino que obtiene una comisión del 1% por las ventas obtenidas para el grupo, y estas se facturan en Irlanda.
En realidad, todo se trata de un estratégico plan fiscal que ahorra a la multinacional unos millones de euros al año. Mientras que en España tiene que pagar un 30% de su facturación en concepto de impuesto de sociedades, en Irlanda solo tiene que pagar el 12,5%.
Si tenemos en cuenta la cifra neta de negocios de esta filial el año pasado, 13,945 millones de euros, correspondería a unos ingresos de unos 1.400 millones y una facturación de cerca de 400 millones de euros, de los que tendría que pagar más de 100 millones de euros en impuestos españoles. Sin embargo, al estar considerado legalmente como un mero comisionista, ingresa “solo” 5,8 millones y paga dos millones en impuestos.
Y luego nos dedicamos a pensar de donde viene la crisis. Pues que traten mejor a las empresas.