Jonathan Ive es uno de los genios de Apple, sin embargo, casi nadie lo sabe. Debido a la política del silencio de la compañía, el jefe de diseño ha establecido su cuartel general en el laboratorio, de donde salen los exitosos dispositivos de la manzana.
Allí es donde da rienda suelta a su creatividad, sin embargo la inspiración le llega desde otros lares. Nadie se sorprendió en Apple cuando un día, Ive cogió un vuelo de 14 horas para reunirse en Japón con uno de los principales fabricantes de katanas del país. Jonathan Ive observó con atención cómo trabajaba ese hombre.
Ese mes, la multinacional de la manzana lanzó uno de sus últimos dispositivos: el iPad 2 que fue, precisamente, el resultado de este tipo de investigación junto con el proceso de hacer un producto una y otra vez hasta conseguir un diseño más delgado y ligero que su predecesor.
Del trabajo de Ive se podría destacar su dedicación a los detalles. Hace años, su jefe, Steve Jobs, le encargó un equipo en varios colores que utilizara tubo de rayos catódicos, lo que sería el iMac. Para conseguir la inspiración que necesitaba, Ive pasó horas y horas en una fábrica de dulces.
Jonathan Ive es un verdadero mago, es capaz de meter un elefante en una cajita de fósforo.
Felicito su genialidad.
Mejor dicho:
Jonathan Ive es un verdadero mago, es capaz de meter un elefante en una cajita de fósforo y sobrarle espacio.
Felicito su genialidad.