Tim Cook es, a partir de hoy, nuevo CEO de Apple. Aunque Cook ha pasado por empresas tan importantes como IBM y Compaq, lo cierto es que su desembarco en Apple, en marzo de 1998, fue el que le ha dado prestigio y abierto muchas puertas.
En 2004, cuando se tuvo constancia, por primera vez, de la enfermedad de Steve Jobs, Cook actuó como director ejecutivo y esto se volvió a repetir en 2009. “Venga… ¿reemplazar a Steve Jobs? Él es irreemplazable“, aseguró en su día.
En The next web describen a Cook como un hombre tranquilo y ecuánime, pero adicto al trabajo, tres cualidades que debe potenciar en Apple para poder continuar con el legado de Jobs. La reputación de su trabajo habla por sí sola y, como Steve Wozniak dijo alguna vez al referirse al futuro de Apple, “la calidad de la gente no cambia de un día para otro. Tampoco la calidad de los productos”.
Adicto al trabajo, Cook mantiene su ritmo a base de café y bebidas energéticas. Le gusta presumir de ser el primero en llegar a la oficina y el último en marcharse. Durante su etapa en IBM se ofrecía a trabajar voluntariamente el día de Navidad y de Año Nuevo. Tras su paso por grandes compañías como IBM fue el propio Steve Jobs quien le fichó para su compañía en 1998.